INCONTABLES
se veían todos los días laborales,
siempre juntos mano a mano,
durante horas incontables.
Decidieron quedar una tarde para tomar un café,
se convirtió en paseos al atardecer,
eran felices pasando tiempo juntos,
se estaba tejiendo un nuevo mundo.
Pasó tan deprisa,
que no se dieron cuenta,
hasta que perdieron de vista,
sus vidas quedaron revueltas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario